Entre las aguas de Kerala

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web - La Costa MalabarLa costa Malabar muestra una cara distinta del país asiático. Apodado por sus habitantes como «el país de Dios», este estado de la India seduce por sus exóticos parajes naturales, sus exquisiteces culinarias, su medicina ayurvédica y sus marismas, que puede recorrerse sobre una casa flotante .

 

Verónica Márquez 2 de junio 2013 – 12:02 am

El estado de Kerala, ubicado en la costa Malabar, al suroeste de la India, se ha convertido en uno de los destinos turísticos más populares de la región gracias a su irreprochable belleza natural, delicias culinarias y al creciente interés por la medicina alternativa (Kerala es considerada el centro de medicina Ayurveda). Con una población de 30 millones de personas, «el país de Dios», como cariñosamente lo llaman los locales, es un lugar reconocido por sus miles de especias, apertura y riqueza: cuenta con el nivel de alfabetización más alto del país (90%) y con la menor tasa de mortalidad.

La revista National Geographic habla de Kerala como uno de los «10 paraísos del mundo» y la periodista de viajes Patricia Schultz selecciona a Chochín y los remansos como destinos privilegiados en su libro 1.000 sitios que ver antes de morir. Las fabulosas reseñas no engañan, pues el lugar nada tiene que ver con el caos seductor del resto de la India. Su costa parece una isla del Caribe, cubierta de matas de coco y playas prístinas; mientras que su interior está repleto de exuberantes jardines verdes que hospedan plantaciones de té, arrozales y reservas de vida salvaje.

Los remansos de Kerala, la atracción más popular para los turistas, abarcan 900 km de lagunas, ríos y marismas conectados por una autopista de canales donde transitan casas flotantes hechas de bambú, fibras de coco y madera. En particular el lago Vembanad, ubicado cerca del puerto de Chochín, posee una belleza poética. Durante el atardecer, el agua se transforma en una superficie vidriosa en la que se refleja un cielo tan perfecto que es difícil identificar la vaga línea formada por el horizonte. La mejor manera de descubrir los remansos es viajando en una casa flotante. Quizás a algunos la palabra «crucero» les recuerda horarios y actividades en grupo. Pero lejos de eso, hospedarse en una casa flotante para observar la pacífica vida de pescadores y niños escondiéndose entre arrozales, puede ser la encarnación de un sueño marítimo.

Es posible hacer un paseo por el día, y los viajeros independientes, que desean disfrutar de una travesía en privado, podrán alquilar una de las casas flotantes que vienen con capitán y cocinero incluido. Porque no hay nada como dormir bajo el silencio de las estrellas y levantarse al escuchar el chapuzón de un niño o verse envuelto por una vaporosa neblina y descubrir, a los lados, un jardín verde esmeralda que remoja sus dedos y da vida a selvas tropicales. De vez en cuando el cocinero del barco lo despertará de esa especie de hipnotismo inducido por el paisaje, trayéndolo de vuelta a la realidad con cervezas frías y plátano frito. La tarde pasa lentamente acompañada de un libro y de la suave brisa perfumada por el aroma del coco y la canela.

Chochín. También conocida como la reina del Mar de Arabia, la ciudad de Chochín está conformada como un archipiélago, dispersa alrededor de islas y arrecifes conectados por puentes y ferrys. El legado de sus antiguos imperios ha dejado huella en la arquitectura, religión y cocina, y ha convertido la ciudad en una fusión deliciosa para el paladar y estimulante para la vista.

La ciudad vieja, un soñoliento y húmedo puerto provincial que trae recuerdos de la isla de Margarita, está sembrado de pasado y vive suspendido en su historia. Es un encuentro de siglos e influencias heredadas de sus imperios: chinos, árabes, portugueses, holandeses e ingleses han intercambiado el mando en este puerto marítimo. Hoy en día, la mitad de la población es india y el resto se divide entre cristianos y musulmanes. También posee la sinagoga más antigua dentro de la Mancomunidad de Naciones. En pocas palabras: amerita más que una simple parada.

Cuando planee su visita no olvide acudir a un espectáculo de Kathakali, el baile nacional de Kerala (kathakalicentre.com); asistir a una clase de cocina como las de Nimmy Paul (nimmypaul.com) que ofrece cursos por día, y recorrer los mercados locales en bicicleta. Por último, si el tiempo lo permite, vale la pena disfrutar de un consentimiento para el cuerpo y para el alma: Poopmully Mana (www.poomullymana.com) es uno de los centros de medicina Ayurveda más reconocidos en el estado. Se encuentra a 2 horas y media de Chochín y los tratamientos duran 7, 14 o 21 días.

Esenciales

Visa: los venezolanos necesitan visa de turista. Se solicita en la Embajada de la India ubicada en Caracas (Quinta Tagore, ?N° 12, avenida San Carlos, ?La Floresta) Web: www.embindia.org

Cómo llegar: es posible volar de Caracas a Chochín haciendo sólo dos escalas. Delta (www.delta.com), Air France (www.airfrance.com) y Lufthansa (www.lufthansa.com) ofrecen las mejores opciones.

Hoteles en Chochín

Taj Malabar (Willingdon Island; 266-6811; www.tajhotels.com) tiene piscina, spa y excelentes vistas.

Malabar House (Parade Road; 221-6666; www.malabarhouse.com) es un hotel boutique con 11 cuartos y 6 suites.

Fort House (2/6A Calvathy Road; www.hotelforthouse.com) ofrece un buen servicio a precios más solidarios. (RECUADRO)

Casas flotantes

Los paseos salen desde Chochín o de Alleppey (a una hora de Chochín).

Kerala Houseboat (keralahouseboat.org) y ResponsibleTravel (responsibletravel.com/holidays/kerala) cuentan con una amplia gama de paquetes y tarifas. OberoiVessel (www.oberoihotels.com)?hace paseos por día y es la opción más lujosa para recorrer el lago Vembanad.

Ir a la noticia: http://www.el-nacional.com/viajes/aguas-Kerala_0_200979998.html